Cuando tienes un negocio de cualquier sector o eres un profesional independiente, es algo bastante común que algunos clientes te deban dinero y que no sepas por dónde debes empezar para poder cobrarlo. También suele darse esta situación a nivel personal, y puede que el que te deba el dinero sea un conocido o un vecino. A continuación, te ofrecemos una serie de consejos que te serán de gran utilidad a la hora de reclamar una deuda pendiente, y que te ayudarán a conseguirlo de la manera más adecuada y sin conflictos.
Tener una conversación con el deudor
En primer lugar, lo más conveniente antes de emprender ningún otro tipo de acción, es intentar mantener una conversación cordial con el deudor. Aunque depende de cada caso concreto, en general, en el Recobro de deudas puede ser de gran ayuda, el diálogo, ya que algunas personas suelen aprovecharse a menudo de la dejadez del empresario o la persona a la que se le debe el dinero en cuestión, para ir retrasando de forma indefinida, una y otra vez, el pago de su deuda. De este modo, manteniendo una o varias conversaciones con él, se le informará de que no nos hemos olvidado y de que lo tenemos en cuenta.
En estas conversaciones se le debe dejar claro al deudor que esperamos la devolución del dinero a la mayor brevedad posible y que para nosotros se trata de un asunto de bastante importancia y que no vamos a pasar por alto. En el diálogo, también podemos aprovechar para averiguar de una forma prudente por los motivos que le han llevado al impago de la deuda.
Siempre es aconsejable que este contacto sea amigable y en un tono de confianza, intentando no alterarse en ningún momento, y lo es más aún cuando el cliente deudor es un cliente habitual y tiene una relación anterior con nosotros. En estos casos, es muy aconsejable hablar con mucha cautela y entender los motivos de la otra persona, porque de este modo conseguiremos que la relación no se rompa.
Estos contactos con el deudor se pueden mantener cara a cara, con lo que se podrá conseguir un clima de confianza con él, aunque en algunos casos también se aconseja que el contacto se realice por carta, puesto que, de esta forma, se podrá disponer de un documento escrito con el que podamos asegurar que le hemos comunicado la deuda, y que no pueda declarar que no lo hemos hecho.
No utilizar palabras negativas en los contactos con el deudor
En cualquiera de los contactos que tengamos con el moroso, es preferible evitar utilizar palabras que generen negatividad y con las que se pueda sentir ofendido o acusado. Lo mejor es utilizar algunos eufemismos, que tengan un matiz más positivo. Por ejemplo, cuando nos refiramos a una “deuda o impago”, podemos decir “incidencia de cobro”, en su lugar, o simplemente que se ha producido un retraso.
De este modo, el deudor no sentirá que lo estamos tratando como moroso. El objetivo es que reconozca la deuda que tiene con nosotros y que se comprometa a pagarla en el plazo que se acuerde, sin más dilación, que concrete una fecha para realizar el pago. Además, debe quedarle claro que haremos un seguimiento, y que si la deuda no está pagada en el plazo acordado, nos veremos en la obligación de tomar otras medidas legales. Todo ello se debe decir en todo momento con un tono amable y sin que se perciba un tono amenazante o acusador, sino todo lo contrario, amable y confidente.
Evitar ambigüedades en la reclamación de la deuda
Aunque como hemos comentado, es aconsejable emplear eufemismos y no utilizar palabras negativas ni que puedan sonar mal, también conviene ir al grano de la cuestión a la hora de hablar con el deudor o de enviarle un escrito. En este sentido, se deben evitar ambigüedades y hablar o escribir de una forma concisa y clara, sin enredos ni parrafadas.
Acudir a una empresa de recobro de deudas
Si piensas que el deudor está eludiendo su responsabilidad y que no tiene ninguna intención de pagar su deuda, antes de actuar por la vía legal, se puede acudir a una empresa de recobro, para que se ocupen ellos de solventar el impago. Esta es una alternativa recomendable si quieres evitar gastar tiempo y esfuerzo en perseguir a los morosos. Suelen ser empresas profesionales y bastante eficaces, y se encargan de todas las actividades necesarias para cobrar la deuda de la forma más apropiada, según cada caso concreto. Por supuesto, antes de contratar los servicios de una empresa de recobro, es necesario asegurarse de que cumplen con la legalidad vigente y de que siempre utilizan métodos respetuosos y legales. También hay que tener en cuenta si nos va a compensar contratar a una empresa externa que se ocupe de estos servicios.