A pesar de que en algunas zonas de España la inmigración parece una realidad lejana, desde los años 80 estamos asistiendo a un incremento en la llegada de extranjeros a nuestro país. Existen algunas zonas en las que la presencia de inmigrantes es muy elevada, como puede ser Madrid, Barcelona, Murcia o Almería, aunque todavía no llegamos a los niveles de inmigración de otros países europeos.
En un primer momento, la legislación española se centró en los problemas policiales de entrada en el país, sin atender a problemas sociales y endureciendo el sistema de permisos de trabajo y residencia. Una evolución natural nos llevó a la aprobación de una nueva ley que tiene más en cuenta los derechos y libertades de los trabajadores extranjeros, así como su integración social, la cual no deja de sufrir modificaciones. No obstante, esto no impide que se produzca una violación de la ley laboral, que debe ser estudiada caso por caso y que merece sanciones. El empresario que contrate personal inmigrante debe ofrecerle condiciones laborales dentro de la legalidad, por cuanto no se admite el abuso en las condiciones respecto al personal extranjero, al ser los derechos de los residentes similares a los de los ciudadanos.
Quizás es un error común para aquellas personas que no están familiarizadas con el tema de extranjería el pensar que los nacionales tienen derechos superiores o simplemente distintos a los trabajadores inmigrantes, por lo que es conveniente aprender más sobre las leyes laborales y la inmigración. Tanto si eres nacional, como si eres inmigrante, has de saber que los derechos laborales de los inmigrantes prevalecen y pueden hacerse valer de la misma forma que los de un nacional.
Si bien es cierto que la situación de un inmigrante puede ser delicada, por sus circunstancias personales, no es menos cierto que la de los nacionales también puede serlo. En ocasiones, la lucha por los derechos individuales de un trabajador, sea cual sea su origen o su nacionalidad, viene marcada por el miedo a perder el trabajo y no por la procedencia o no de sus peticiones.
Así, a pesar de que, como decíamos, la actual ley de extranjería, y sus posteriores modificaciones, hayan aumentado los derechos de los trabajadores inmigrantes llegando incluso a equipararlos con los derechos de los trabajadores nacionales, muchas veces sus derechos, intereses y libertades no serán respetados.
Lo cierto es que la inmigración es una realidad en España, igual que lo fue la emigración en un momento histórico de nuestro país, y volvió a cobrar importancia en los años de la crisis, por lo que no se puede ignorar y, en todo momento, deben existir respuestas a las situaciones que se pueden presentar. No debemos olvidar que los inmigrantes actualmente no sólo están cubriendo algunos puestos de trabajo necesarios, sino que también están aportando datos positivos de natalidad, en un momento en el que nuestra población está entrando en continuo envejecimiento.
En cualquier caso, las violaciones de las leyes laborales, se dirijan contra quien se dirijan, nos afectan a todos y deben ser rechazadas.