Los coágulos de sangre son fenómenos que ocurren en otros virus.
Desde los inicios de la crisis sanitaria, los científicos alertaron que el COV ID-19 es una enfermedad respiratoria, que afecta principalmente al tracto respiratorio, que incluye los pulmones.
Los efectos más graves son la inflamación de los pulmones, que podría derivar en neumonía. Esto significa que el intercambio de oxígeno no se realiza correctamente y no hay una concentración de oxígeno suficientemente alta para las moléculas del cuerpo.
La pandemia resaltó la importancia del seguimiento de la salud respiratoria. Por ello, cuando una persona muestra síntomas y fue diagnosticada COVID, debe controlar la saturación de oxígeno con un pulsioxímetro. Con este dispositivo, puede medir rápida y fácilmente si sus niveles de oxígeno son bajos y determinar si necesita ayuda médica. Los niveles normales son 95 % para personas sanas y 92 % para pacientes con diagnóstico confirmado.
Pero un nuevo estudio de la Universidad de San Diego reveló que el COVID-19 no es una afección respiratoria, sino vascular. Los resultados podrían explicar los coágulos de sangre en algunos pacientes con COVID y otras alteraciones como las erupciones en los pies.
La investigación, que incluyó a científicos del Instituto SALK de Estudios Biológicos, muestra la forma en que el virus ataca las células del sistema vascular o circulatorio. La novedad es que la proteína S del virus, el pico que forma la corona, ataca al receptor ACE2, perjudicando las mitocondrias que generan la energía de las células, y dañando el endotelio, que recubre los vasos sanguíneos.
Esta acción ya se había observado anteriormente, pero se desconocía el mecanismo exacto y el rol que cumple la proteína S. De hecho, la proteína es replicada por todas las vacunas disponibles en la actualidad.
Los investigadores crearon un pseudovirus en el laboratorio, que solo tenía la proteína S, pero no el resto del virus, para evidenciar que esta proteína es suficiente para causar enfermedades por sí misma. Las muestras de tejido mostraron inflamación en las células endoteliales que recubren las paredes de la arteria pulmonar.
Por tanto, determinaron que los efectos sobre el sistema respiratorio son consecuencia de la inflamación del tejido vascular en los pulmones.
“Mucha gente piensa que es una enfermedad respiratoria, pero en realidad es una enfermedad vascular”, comentó Uri Manor, profesor asistente de la investigación y coautor principal del estudio.
“Eso podría explicar por qué algunas personas tienen accidentes cerebrovasculares y por qué algunas personas tienen problemas en otras partes del cuerpo. El punto en común entre ellos es que todos tienen bases vasculares”, explicaron los especialistas.
Rafael Máñez Mendiluce, jefe de cuidados intensivos en el Hospital Universitario de Bellvitge, mencionó que esto no es una sorpresa, ya que los coágulos de sangre son fenómenos que ocurren en otros virus.
Tras encontrar estos resultados, los investigadores continuarán observando más de cerca la forma en que la proteína ACE2 alterada daña las mitocondrias y hace que cambien de forma.