Ante el avance de la era de la información, el mundo está cada vez más globalizado y exige cambios de paradigmas que se ajusten a nuevas realidades. Atrás quedaron los modelos de educación anticuados en los que existía poco o ningún intercambio de perspectivas y conocimientos.
Actualmente, las sociedades que apuntan a un futuro en el que su población sea parte del desarrollo del mundo deben comenzar con diversificar la educación, globalizarla, para forjar mentes que piensen y actúen en pro de la evolución sustentable y multicultural.
A continuación, un breve resumen sobre cómo impacta la diversidad en la nueva era de la educación seglar.
La diversidad en la educación y su importancia
De acuerdo con la UNESCO, la educación inclusiva es un proceso que debe tomar en cuenta de forma debida las necesidades de los niños, jóvenes y adultos, sabiendo que son distintas e importantes. Para ello, la participación activa en el aprendizaje es fundamental, así como la reducción de la exclusión en el marco de la enseñanza seglar.
Por su parte, el Fondo de las Naciones Unidas para el Aprendizaje (Unicef) ha dedicado grandes esfuerzos por fomentar y apoyar los sistemas educativos inclusivos socialmente. Consideran que la educación debe dar respuestas a las nuevas necesidades de la sociedad y ser un reflejo de diversidad, tolerancia, respeto e inclusión social.
Hace décadas, el acceso a información sobre las sociedades del mundo y su funcionamiento era limitado y, muchas veces, estaba reservado para personas con alto nivel social y económico. Sin embargo, con el nacimiento de internet, el acceso a información y a nuevos horizontes se fue democratizando, al punto que, en la actualidad, incluso un niño sabe manejar un móvil y conseguir lo que está buscando.
Esta nueva etapa en la historia humana dio paso a una nueva percepción del mundo y de las culturas que en él hay. Como consecuencia, las nuevas generaciones y, por extensión, la educación que reciben ya no se limita a sólo recibir información. Es una educación que exige explorar, descubrir, conocer y adaptarse.
A su vez, esta oleada de nuevos descubrimientos trajo formas de conectarse con las personas y con el mundo, lo que da como resultado una mezcla exótica de gustos, culturas, conocimientos, habilidades sociales, desafíos, experiencias y expectativas.
Al hablar de diversidad es posible que se nos vengan a la mente tópicos tendenciales, como la diversidad sexual, la diversidad racial o la diversidad cultural. Sin embargo, en el marco del aprendizaje y la educación, la diversidad incluye más que esto. Se trata de hacer que la educación no solo sea accesible a todas las personas, sin importar su edad, estatus económico, condición física o mental, cultura o ubicación. Y si bien esto es todo un desafío, existen formas de promover dichos movimientos. Para profundizar en este punto, los estudiantes e investigadores acuden al ensayo sobre la diversidad, donde se establecen los principios y características de esta realidad, donde uno de los principales protagonistas es la educación inclusiva.
Los moldes y patrones ya no forman parte de una educación eficiente, ya que cada persona tiene su propio proceso de aprendizaje, sus propias fortalezas e intereses. Y si bien no puede haber un programa de estudio personalizado para cada individuo, sí es importante inculcar el respeto por los demás en cuanto a su individualidad.
Por otra parte, la importancia de combinar la teoría y la práctica en cuanto a la diversidad en la educación en el ejercicio docente. Destacan que el eje fundamental de la inclusión educativa viene dado por el propio derecho de toda persona a la educación. Mientras que el segundo eje se basa en la dinámica de los procesos de aprendizaje y enseñanza y cómo estos deben ser orientativos en toda la práctica docente.
La educación inclusiva y diversa debe comenzar desde las etapas iniciales del desarrollo. Y no, no estamos hablando de la escuela, sino desde el mismo hogar. Y esto dista mucho de ser exclusivo de hogares con altos ingresos o capacidad adquisitiva para comprar computadoras y móviles para que los niños aprendan. Las bases de una buena educación se forjan durante los primeros años de vida, cuando los padres se involucran en el desarrollo intelectual y emocional de sus hijos.
Posteriormente, en la etapa escolar, el niño va adquiriendo nuevas habilidades y conocimientos que lo preparan para ampliar sus horizontes. Es en este punto en el que los sistemas educativos deben esforzarse por cubrir la necesidad de diversidad en las aulas de clase, enseñando a los niños que cada individuo es diferente y que es necesario desarrollar inteligencia emocional para no caer en exclusiones o discriminación.
La universidad, por su parte, es una de las esferas en las que la diversidad se ha acentuado más, ya que cada vez es más común ver auditorios con estudiantes de diferentes orígenes culturales, raciales, económicos, identidades sexuales y más. En esta etapa, ya no se está tratando con niños ni adolescentes, sino con jóvenes y adultos que ya se encuentran en medio de una globalización cada vez más necesaria.
Conclusión
En resumen, la evolución de las sociedades plantean nuevos desafíos y necesidades, y la diversidad en la educación es uno de ellos. Es fundamental que la educación sea un componente integral que no solo involucre las aulas de clase, sino que exista una participación activa de los padres o representantes, en especial en el caso de los más chicos.
La tolerancia, respeto, empatía, solidaridad y compañerismo deben formar parte de las conversaciones de los adultos con los niños, de manera que se genere un impacto positivo al momento de interactuar con otros en el mundo.
Esperamos que nuestros ejemplos de ensayos y textos te aporten ideas para el desarrollo de tus tareas en las diversas áreas que abarcamos en este blog.
