El Trust es una figura legal, propia del derecho anglosajón. Su principal atractivo radica en su estructura simple, ágil y flexible, que se adapta al cumplimiento de múltiples funciones y se ajusta a todo tipo de circunstancias, tanto patrimoniales como personales.
¿Por qué las personas eligen constituir un contrato de Trust?
Un Trust es una excelente herramienta de planificación patrimonial. Su estructura ofrece máxima protección a los activos y permite garantizar la prosperidad de las generaciones futuras.
Mediante la constitución de esta figura legal, una persona, denominada Settlor, puede trasladar la titularidad legal de diferentes bienes patrimoniales (activos, inmuebles, fondos corporativos, etc.) a una persona jurídica llamada Trustee, que asume la responsabilidad de su gestión y administración.
Debe tenerse presente que los bienes sujetos al contrato de Trust constituirán un patrimonio separado del Trustee. Este último, exclusivamente, se dedicará a su administración en favor de una o más personas, denominadas Beneficiarios.
Discrecionalidad del contrato de Trust
Que un Trust sea irrevocable y discrecional en cuanto a las facultades del Trustee, significa que el desprendimiento de la propiedad legal de los bienes es tanto definitivo como efectivo respecto del patrimonio del Settlor.
Ahora bien, es importante aclarar que esa discrecionalidad con la que actúa el Trustee no es plena, sino acotada a las disposiciones manifestadas por el Settlor en el contrato. Muchas veces, también, complementadas por un documento específico llamado Letter of wishes (carta de deseos).
En ese sentido, la administración, gestión y distribución de los bienes puede estar sujeta a cláusulas específicas que el Trustee está obligado a respetar. Puede tratarse, por ejemplo, del establecimiento de plazos, momentos de cobro y/o condiciones particulares para cada activo/beneficiario (mayoría de edad, graduación, etc.) involucrado.
Asimismo, el Settlor puede designar un Protector. Quien se encargará de supervisar la actividad del Trustee, velando en todo momento por el cumplimiento de lo dispuesto respecto a la administración y distribución del patrimonio.
¿Qué tipo de deseos se pueden dejar estipulados?
Tal como mencionamos, junto con la confección del acta constitutiva del Trust, el Settlor también puede proceder a la confección de otro documento llamado Letter of wishes. Aquí, quien cede la titularidad legal de los bienes patrimoniales podrá dejar sentado por escrito todos sus deseos y condiciones respecto a la distribución del patrimonio.
El dueño del patrimonio puede señalar de manera explícita todo aquello que, él exige, debe ser contemplado en la administración y disfrute de los activos del Trust. Estas condiciones y deseos pueden ser tantos como el creador del contrato requiera.
En ese sentido, es usual, por ejemplo, que el Settlor deje constancia de cómo se deberá proceder en caso de enfermedad o muerte. La carta de deseos cumple así una función muy parecida a la de un Testamento.
Puede suceder, en efecto, que el Settlor haya establecido plazos y condiciones para la distribución de los bienes entre sus beneficiarios, pero, sin embargo, también señale en este documento ciertas excepciones, como un problema de salud o gastos especiales (educación, situaciones de fuerza de mayor).
¿Cuál es el principal objetivo de este acuerdo legal?
El Trust tiene por objetivo central asegurar la protección y preservación de los bienes patrimoniales que el Settlor ha declarado en el contrato; junto con su adecuada distribución entre el grupo beneficiario.
Tal como señala la abogada ejecutiva María Florencia Ribes, en este tipo de estructura legal no solo se juegan valores económicos y materiales. Además de la gestión patrimonial, una de las funciones más importantes del Trustee es brindar contención y protección a los beneficiarios, generalmente constituido por el grupo familiar del Settlor.
La elección de constituir un contrato de Trust, más allá de la diversidad o complejidad inherente a un patrimonio, representa para el propietario la garantía de que los derechos de su grupo familiar serán, a futuro, contemplados y que cada integrante recibirá entonces lo que le corresponde de los bienes involucrados.
En ese sentido, es aconsejable contar con el acompañamiento de expertos. Ya que son ellos quienes podrán constituir un acuerdo cuya estructura se ajuste oportunamente a las características y necesidades de cada grupo familiar.
¿Quién puede desempeñar el rol de Trustee?
Con la creación de un Trust, una persona podrá establecer los términos en que sus activos patrimoniales serán administrados, preservados, y finalmente distribuidos entre sus beneficiarios.
Por tratarse de tal responsabilidad, es aconsejable, señala también María Florencia Ribes, especialista en Family Trust, que este rol sea desempeñado por una compañía fiduciaria profesional.
De esta manera, el Settlor y su grupo de Beneficiarios pueden acceder a servicios especializados brindados por un tercero de confianza, el cual exclusivamente se desempeñará como administrador de ese patrimonio.
El Trust y su importancia en la protección patrimonial
A lo largo de los años, esta figura legal se ha consolidado como la alternativa ideal para garantizar la protección y preservación de los activos patrimoniales. Con el establecimiento de un contrato de Trust, los bienes declarados quedan sujetos, de forma excluyente, a las cláusulas del mismo. Por lo tanto, ya no pueden ser susceptibles de confiscación o expropiación.
En ese sentido, esta alternativa no solo contribuye a la planificación sucesoria, también asegura una estructuración patrimonial estable y segura.
¿Conocías las ventajas del Trust? ¡Te invitamos a conocer más sobre esta valiosa herramienta legal y asegurar el bienestar de tu grupo familiar!